LECTURA RECOMENDADA
William Golding, El señor de las moscas
El mundo en guerra, un accidente aéreo, una isla desierta, unos niños forzados a convivir y a crear las relaciones de su propia sociedad ¿Puede considerarse a la educación como la red que limita la violencia natural del ser humano o puede llegar a ser su desencadenante? Emotiva y estremecedora. Un final impactante para una novela que remueve interiormente.
El movimiento se hizo rítmico al
perder el cántico su superficial animación original y empezar a latir como un
pulso firme. Roger abandonó su papel para convertirse en cazador, dejando
ocioso el centro del circo. Algunos de los pequeños formaron su propio círculo,
y los círculos complementarios giraron una y otra vez, como si aquella
repetición trajese la salvación consigo. Era el aliento y el latido de un solo
organismo.
El oscuro cielo se vio rasgado por
una flecha azul y blanca. Un instante después el estallido caía sobre ellos
como el golpe de un látigo gigantesco.
-¡Mata a la fiera! ¡Córtale el cuello!
¡Derrama su sangre!
Surgió entonces del terror un nuevo deseo, denso, urgente, ciego.
-¡Mata a la fiera! ¡Córtale el cuello!
¡Derrama su sangre!
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