LECTURA RECOMENDADA
La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de
su abuela desalmada.
Para entender el realismo mágico,
la inclusión de lo real maravilloso en la vida cotidiana, la novedad y la
frescura de una literatura tan distinta a lo que por esos años -década de los
60, 70- se hacía en España, podemos disfrutar de esta colección de cuentos al
que el último da título y del que ofrecemos un fragmento a continuación. Increíbles
sorpresas encontraremos también en los seis cuentos restantes. Ánimo, y acercaos
a ellos con una mentalidad abierta y dispuestos a vivir una experiencia
distinta.

La abuela, desnuna y
grande, parecía una hermosa ballena blanca en la alberca de mármol. La nieta
había cumplido apenas los catorce años, y era lánguida y de huesos tiernos, y
demasiado mansa para su edad. Con una parsimonia que tenía algo de rigor
sagrado, le hacía abluciones a la abuela con un agua en la que había hervido
plantas depurativas y hojas de buen olor, y éstas se quedaban pegadas en las
espaldas suculentas, en los cabellos metálicos y sueltos, en el hombro potente
tatuado sin piedad con un escarnio de marineros.
-Anoche soñé que
estaba esperando una carta -dijo la abuela,
Eréndira, que nunca
hablaba si no era por motivos ineludibles, preguntó:
-¿Qué día era en el
sueño?
-Jueves.
-Entonces era una
carta con malas noticias -dijo Eréndira- pero no llegará nunca.
Gabriel García Márquez
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